El alumbrado público es un elemento esencial en el diseño y desarrollo de los espacios públicos. No solo proporciona seguridad y visibilidad a los ciudadanos, sino que también tiene un impacto directo en la percepción emocional de un lugar, mejorando la experiencia y el bienestar de quienes lo utilizan. Para cumplir con todas estas funciones, es necesario que el alumbrado público sea eficiente, brinde comodidad visual sin deslumbramiento y cumpla con normas específicas de calidad y medioambientales.
Unidades de medida de la iluminación
Para entender cómo se mide la iluminación, es importante conocer las unidades clave de medición fotométrica.
- Lúmenes (lm): Miden el flujo luminoso, es decir, la cantidad de luz emitida por una fuente luminosa. También se utiliza la eficacia luminosa, que mide la eficiencia de una fuente luminosa en términos de la cantidad de luz emitida por cada vatio consumido (lm/W). Esta medida es especialmente relevante en el contexto del alumbrado público autónomo.
- Lux (lx): Miden la iluminancia, es decir, la cantidad de luz en un punto específico de una superficie. Se obtiene dividiendo el flujo luminoso (lm) por el área iluminada (m2).
- Candelas: Miden la intensidad luminosa, es decir, la cantidad de luz emitida en una dirección determinada. Cuando se mide por metro cuadrado, se obtiene la luminancia, que es la intensidad luminosa percibida por el ojo humano. La luminancia varía según el color y la zona iluminada, lo cual es especialmente importante en el contexto de una carretera y la percepción de la luminosidad por parte de los conductores.
- Grados Kelvin (K): Miden la temperatura de color de la luz. Se utiliza para describir si una fuente de luz emite una luz cálida o fría . Por ejemplo, una iluminación de 5700K corresponde a un blanco frío, 4000K a un blanco neutro y 3000K a un blanco cálido. Las temperaturas de color pueden estar reguladas o favorecidas según el país, la percepción de la luz, los decretos o el impacto sobre la biodiversidad.
Criterios de calidad del alumbrado público
La calidad del alumbrado público se reconoce y evalúa a través de ciertos criterios. Una buena iluminación no se trata solo de proporcionar luz, sino de hacerlo de manera inteligente y eficiente. Algunos de los criterios de calidad más importantes son:
- Rendimiento de la iluminancia: Se refiere a la cantidad de luz (en lux o candela/m2) en un punto específico o en una zona determinada. Es esencial para garantizar una buena visibilidad y una correcta percepción de contrastes por parte de los usuarios.
- Uniformidad (U0): Expresa la relación entre el punto menos iluminado de una zona y la iluminancia media de esa misma zona. Una buena uniformidad garantiza una distribución armoniosa de la luz, resalta las áreas relevantes, ofrece un color de luz adecuado y respeta una buena composición de sombras. Además, proporciona un nivel de iluminación suficiente al tiempo que limita el deslumbramiento, los brillos y los reflejos.
Estos dos parámetros son fundamentales para asegurar una buena visibilidad y una experiencia segura en el espacio público.
Evitar malas prácticas en el alumbrado público
En caso de que la iluminancia sea demasiado baja o la uniformidad sea deficiente, la calidad y la eficacia del alumbrado público se verán afectadas. Esto puede ocurrir si la elección de las ópticas de las farolas no es la adecuada o si la disposición de las farolas instaladas no se ajusta correctamente. La alternancia entre zonas iluminadas y zonas oscuras, caracterizada por una escasa uniformidad, puede aumentar la fatiga visual y representar un peligro para los usuarios motorizados.
Tanto los conductores como los peatones se benefician de una iluminación de calidad. Un sistema de alumbrado público adecuado reduce las sensaciones de estrés e inseguridad, proporcionando una mayor comodidad visual en general.
Sostenibilidad en el alumbrado público
Además de los criterios de calidad clásicos, hoy en día se consideran aspectos relacionados con la sostenibilidad en el alumbrado público. Esto incluye mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, proteger el medio ambiente, aumentar la eficiencia energética y promover el desarrollo económico. Un alumbrado público de calidad también se define como la luz necesaria, suficiente y mantenida para cada tarea visual realizada sobre un espacio dado, según la Asociación Francesa del Alumbrado (AFE).
En este sentido, el uso de la iluminación solar está ganando relevancia en las políticas de las autoridades locales y los agentes públicos. La iluminación solar es una alternativa sostenible que contribuye a la transición energética y reduce la dependencia de las fuentes de energía tradicionales.
El cálculo de iluminación para el alumbrado público es fundamental para garantizar la seguridad, la comodidad visual y la eficiencia energética en los espacios públicos. Tener en cuenta las diferentes unidades de medida fotométrica, así como los criterios de calidad y sostenibilidad en el diseño y la implementación del alumbrado público. La iluminación solar se presenta como una solución cada vez más relevante, ofreciendo una alternativa sostenible y eficiente en la iluminación de espacios públicos.
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